La Semana Santa en México no solo es una fecha importante para la religión católica con el Viacrucis.
Aunque también es un momento en el que la fe se convierte en arte, cultura y un motivo más para recorrer el país.
Los Viacrucis que se celebran en distintos estados no pasan desapercibidos: algunos son tan impactantes que se han ganado reconocimiento internacional.
Aquí te contamos sobre algunas de las representaciones más emblemáticas del país.
Iztapalapa: el Viacrucis más famoso de México
La alcaldía Iztapalapa, en la Ciudad de México, se transforma cada Semana Santa.
Desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección, miles de personas participan en una de las escenificaciones más grandes y antiguas del país.
Esta tradición nació en el siglo XIX como agradecimiento por el fin de una epidemia de cólera.
La representación incluye a decenas de actores locales y miles de habitantes que acompañan a Jesús en cada estación.
El evento culmina con la crucifixión en el emblemático Cerro de la Estrella.
Es tan grande que se transmite en televisión y es seguida desde varias partes del mundo.

Viacrucis en Chihuahua: una mezcla entre lo cristiano y lo ancestral
En la Sierra Tarahumara se vive una representación muy diferente.
Aquí, las tradiciones cristianas se combinan con ritos prehispánicos en una celebración única.
Los fariseos, con cuerpos pintados y vestidos tradicionales, “capturan” a Jesús mientras otros danzan al ritmo de flautas y tambores.
El Viernes Santo concluye con la tradicional quema de Judas, en un ambiente festivo y lleno de simbolismo.
Guerrero: Taxco y su Viacrucis de impacto mundial
La ciudad de Taxco de Alarcón no se queda atrás y la Semana Santa se vive de forma intensa y muy realista.
El jueves, la procesión de la hermandad de Los Encruzados es impresionante.
Algunos fieles caminan descalzos, con el torso desnudo, cargando rollos de zarzamora de más de 40 kilos, mientras se flagelan en señal de penitencia.
Esta tradición se remonta a 1598, aunque fue en 1949 cuando se estableció como una celebración anual.
Hoy, es una de las representaciones más impactantes del mundo.
Puebla: la Nueva Jerusalén en América
Puebla tiene una celebración única.
Todo comienza al mediodía frente a la Catedral, donde cinco imágenes religiosas acompañan el recorrido:
- La Virgen de la Soledad
- El Señor de las Tres Caídas
- La Virgen de los Dolores
- El Señor de las Maravillas
- Jesús de Nazaret
Esta ciudad fue nombrada «La Nueva Jerusalén» en 1606 por su parecido con la topografía de Tierra Santa.
A partir de eso, se construyeron capillas que representaban cada estación del Viacrucis.
Aunque hoy solo quedan doce, la tradición sigue viva y se considera la más antigua de América.

Michoacán: silencio, danza y pozole
En lugares como San Juan Nuevo Parangaricutiro, Patamban y Morelia, la Semana Santa se vive con mucha devoción.
Para los pueblos, los fariseos recorren las calles buscando a Jesús, y al terminar la representación, se comparte una cena típica: pozole de haba.
En Morelia, la Procesión del Silencio es el evento más esperado.
Los participantes marchan por el centro histórico con túnicas en blanco, morado y negro, mientras se escenifican momentos clave de la pasión de Cristo desde los balcones.
Viacrucis en Querétaro: entre espinas y cadenas
En la capital queretana, el Viacrucis inicia en el Templo de la Cruz, donde hay un árbol que da espinas en forma de cruz.
El recorrido pasa por importantes santuarios de la ciudad y culmina con la Procesión del Silencio, donde el sonido de las cadenas arrastradas por los participantes se mezcla con el fervor de los espectadores.
Chiapas: San Cristóbal y su atmósfera única
San Cristóbal de las Casas ofrece una celebración que mezcla recogimiento y alegría.
El Viernes Santo es un día de silencio y respeto; muchos no se bañan ni barren sus casas como señal de luto.
El Sábado de Gloria, los templos se iluminan con velas, y al momento de la resurrección, se encienden las luces y las campanas suenan en señal de júbilo.
Todo termina con la quema del Judas, cerrando así una Semana Santa llena de simbolismo.
El Viacrucis es una tradición que sigue más viva que nunca
En México, la fuerza de estas representaciones está en su gente.
Comunidades enteras participan, ensayan y se preparan durante meses.
No importa si eres creyente o no, presenciar uno de estos Viacrucis es una experiencia que te conecta con la historia, la cultura y la identidad de México.
Así que si tienes ganas de viajar en Semana Santa, considera alguno de estos destinos.
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