Después de 35 años de ser consentida por millones de personas, Xin Xin, la última panda gigante de México, está viviendo sus últimos días en el Zoológico de Chapultepec.
Su historia es tan única como entrañable, y su legado marcará el cierre de un capítulo muy especial entre México y China.
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Xin Xin: Una vida larga y llena de historia
Nacida el 1 de julio de 1990, Xin Xin no es cualquier panda.
Es hija de la famosa Tohui y Chia Chia, y fue criada en México como parte del programa de conservación que comenzó en 1975.
En ese entonces China regaló a nuestro país a Pe Pe y Ying Ying como símbolo de amistad.
Desde entonces, Xin Xin ha sido protagonista de miles de historias y visitas escolares y cumpleaños celebrados con pasteles de manzana y avena.
Y lo más impresionante: ha superado por mucho la esperanza de vida de su especie, que suele ser de 20 a 25 años en cautiverio.
¡Un verdadero logro para la ciencia!
Una despedida con cuidados y mucho amor
Hoy, con 35 años recién cumplidos, Xin Xin está en una etapa delicada.
Recibe atención médica especializada, cuidados nutricionales y el cariño de un equipo que la conoce desde hace décadas.
Tres cuidadores, junto con veterinarios y nutriólogos, están dedicados por completo a hacer que esta etapa sea tranquila y digna.
Julia Álvarez Icaza, titular de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema), explicó que Xin Xin está en el final de su ciclo natural y que se está preparando todo para despedirla como se merece.
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¿Qué come una panda tan especial?
Su alimento favorito es la manzana, pero también come bambú (hasta 12 kilos al día), croquetas especiales, arroz, vitaminas y minerales.
Todo, cultivado de manera natural, sin fertilizantes ni agua tratada.
La última panda mexicana y el fin de una era
Cuando Xin Xin ya no esté, también llegará a su fin el programa de pandas gigantes en México.
¿Por qué? Porque hoy en día cualquier zoológico que quiera tener un panda debe pagar alrededor de un millón de dólares al año a China y firmar convenios especiales.
Además, todas las crías nacidas fuera de China siguen siendo propiedad de ese país.
Lo que hace única a Xin Xin es que, a diferencia de otros pandas en el mundo, ella pertenece al gobierno mexicano.
Ya no existe otro caso como este en todo el planeta.
Para celebrar sus 35 años, la Lotería Nacional lanzó un billete conmemorativo en su honor, y se realizó una ceremonia en el Centro de Conservación de la Vida Silvestre de Chapultepec, donde ha vivido toda su vida.
La jefa de Gobierno, Clara Brugada, destacó que Xin Xin simboliza la relación ecológica entre México y China, y agradeció a todo el equipo que ha cuidado de ella durante tanto tiempo.
Xin Xin no solo es la última panda gigante en México, también es un símbolo de cooperación, ciencia y amor por la vida silvestre.
Su historia es única… y se queda con nosotros para siempre.
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