Hecho en Guanajuato: Industria zapatera de León

La industria zapatera de León se mantuvo pese a la pandemia.
Hecho en Guanajuato: Industria zapatera de León

Reconocida como la “capital mundial de la piel y el calzado”, la ciudad de León, Guanajuato, se ha ganado el mote de la mano de millones de leoneses que han forjado una industria desde varios siglos atrás. 

Recién hace un par de meses, en el marco de la toma de protesta del nuevo Consejo Directivo de la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato (CICEG), el Gobierno Estatal refrendó su compromiso con la industria zapatera local, a través del impulso a la cultura de la innovación, la mejora continua y mejores condiciones para el capital humano de las empresas del sector cuero, calzado y marroquinería.  

Y es que, lo que hace especial a la industria zapatera de León, yace en que su mayoría aún produce de manera artesanal, viéndose reflejado a lo largo de la ciudad desde las pequeñas picas en las colonias populares, hasta fábricas que hacen miles de pares a la semana. 

No obstante, la competencia con el calzado extranjero, sobre todo el proveniente de Asia, ha complicado la situación para los productores, quienes aun así confían en que su oficio como parte de la economía local e identidad de la ciudad prevalecerá. 

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2022 la industria nacional del calzado registró un crecimiento del 7% en comparación con 2021, pero 16% por debajo de los niveles de 2019, antes de la pandemia de covid-19, al totalizar una producción de 224 millones de pares, de los cuales el 72% tuvo como origen el estado de Guanajuato. 

Sin embargo, a pesar de la destacada estabilidad, existen temas por ajustar en cuanto a la industria zapatera de León, siendo uno de los principales retos, el reconvertirla para no perder competitividad ante la entrada de mercados globales, tal como lo anticipó la CICEG desde aquel lejano 2018. 

Asimismo, también se habla de recuperación de empleos, aunque sobre estos es por falta de capacitación en el estado, situación en la que ya se trabaja para la formación de nueva mano de obra especializada. 

Origen e historia de la industria zapatera leonesa 

Las dos principales razones por las cuales floreció una industria como la zapatera fue porque el calzado tenía demanda, y porque en León había con qué hacerlos, haciendo una clara alusión al curtido de pieles. 

De acuerdo con algunas crónicas de la ciudad, los primeros talleres formales de producción de calzado eran lugares en los que “se trabajaba mucho y se sacaba poco”.   

Allá por 1645, con rudimentarias herramientas de madera, 36 familias, entre españolas, mulatas e indígenas, fabricaban los zapatos que posteriormente lucirían con orgullo los personajes más encumbrados del Virreinato.  

Pero un día llegó a León el ferrocarril, y con él la maquinaria para aligerar la carga de la producción del calzado y la oportunidad de exportar a los Estados Unidos, siendo Texas el primer destino que compró masivamente los zapatos leoneses. 

Posteriormente, con el desarrollo de la curtiduría, la industria del calzado se incrementó de tal forma que casi cada casa era una pequeña “pica” o taller familiar.  

Por otro lado, la primera fábrica de zapatos que sentó las bases y forjó los lineamientos para convertirse en empresa formal, fue “La Nueva Industria” de don Eugenio Zamarripa, que comenzó a trabajar en 1872. 

Avances durante el último siglo 

Ya para el 1900, el 17% de la población económicamente activa de León laboraba en la industria del cuero, en cualquiera de sus formas; en tanto, para 1904, la ciudad contaba con mil 287 talleres que ocupaban 2 mil 759 zapateros, de los cuales mil 500 eran hombres en edad adulta, 100 mujeres y mil jóvenes.  

Sin embargo, se sabe que Don Tereso Durán fue el primer empresario de la industria zapatera que, en 1905 tuvo la visión para emprender la producción en serie.  

Mientras que, otros fabricantes de las primeras décadas del siglo XX fueron José H. González, Manuel Villalpando, Isaac Rocha, Roberto González, Alfonso Martínez, José María Vázquez y Enrique T. Aranda; y entre los curtidores Cipriano Miranda, Pascual Sánchez, Francisco Marmolejo, Andrés Medina, Simón Durán y Luz Cabrera.  

Todo esto abonó a que actualmente, los zapatos de León ya no sólo sean buscados en la República Mexicana, sino en diferentes partes del mundo. 

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