La primera tortillería de maíz nativo en CDMX lucha por no pasar desapercibida

La primera tortillería de maíz nativo en CDMX lucha por no pasar desapercibida
La primera tortillería de maíz nativo en CDMX lucha por no pasar desapercibida

Aunque su apertura prometía impulsar el consumo de maíz nativo en la capital, la primera tortillería de maíz nativo en Ciudad de México está batallando para hacerse visible.

El local, inaugurado a finales de septiembre dentro del predio de la Utopía Libertad (un enorme centro cultural y deportivo ubicado junto al Reclusorio Oriente), ha pasado prácticamente desapercibido para la comunidad.

“¿Cuál tortillería?”, responde un joven que vende accesorios para autos en una de las esquinas del lugar.

Como él, muchos vecinos ni siquiera saben que la tortillería existe.

Y no es para menos: el predio de seis hectáreas solo tiene una entrada, lo que vuelve más complicado que la gente llegue o siquiera la identifique.

Tortillería tiene ventas a la baja y un problema de difusión

Francisco Contreras, productor de maíz y encargado del negocio, reconoce la dificultad:
“El 90% de la comunidad no sabe que estamos aquí”.

Al inicio, el nuevo local vendía alrededor de 200 kilos de tortilla al día, además de sopes, tlacoyos y gorditas.

Hoy, apenas alcanzan los 80 kilos diarios, una caída significativa en menos de dos meses.

El problema no es el precio del grano, sino que la gente no sabe cómo llegar, o simplemente prefiere las tortillerías más cercanas.

Romper mitos sobre el maíz nativo

La fachada café, los ventanales con información nutricional y el nombre “Tortillería de Maíz Nativo” no han sido suficientes para atraer curiosos.

Contreras cree que, además de la falta de difusión, se necesita un cambio de percepción sobre la tortilla tradicional.

Afirma que todavía se discrimina al maíz nativo y se cree, erróneamente, que todas las tortillas “engordan”.

“Eso pasa con las procesadas”, explica, mientras defiende las propiedades nutritivas y antioxidantes del maíz que cultiva desde la infancia.

A pesar de las dificultades, Contreras mantiene la esperanza de que más personas descubran el proyecto y valoren la diversidad del maíz mexicano, desde el azul hasta el rojo que es su favorito, aunque muchos piensen que la tortilla se ve “sucia”.

Por ahora, la misión está clara: que la tortillería de maíz nativo deje de ser el secreto mejor escondido de Iztapalapa.

Con información de El País.

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