El nacimiento de un nuevo flamenco americano en el zoológico de León el mes pasado fue un gran acontecimiento. No solo por ser una especie en peligro de extinción, sino que además es muy difícil que se den este tipo de nacimientos sino se encuentran en su hábitat natural.
Pero este pequeño logró llegar al mundo el pasado 10 de marzo, y hoy ya se pasea con el resto de los flamencos americanos del zoológico.
La llegada del flamingo
El flamenco fue incubado por sus padres, dentro de su huevo, durante 30 días aproximadamente.
El equipo médico de salud del Zoólogico de León ha realizado revisiones médicas, y mencionan que se encuentra en perfecto estado de salud.
Asimismo, están muy pendientes de la evolución del flamenco americano, a quien observan diariamente y siguen los protocolos sanitarios para su desarrollo.
Los padres cuidan, vigilan y protegen a la cría hasta los 6 años, edad promedio en la que ya está en posibilidades de reproducirse y valerse por sí mismo.
Un acontecimiento especial
A pesar de ser muy raro que nazcan fuera de su hábitat, pues las parejas son las que eligen el lugar para tener sus crías, y por lo tanto resulta difícil su nacimiento en cautiverio, este flamenco ya tiene un mes de nacimiento.
De acuerdo a los especialistas, este tipo de aves miden de entre los 90 a 125 centímetros de altura y pesan de entre los 2 hasta los 3 kilos y medio. Al nacer tienen un color más pálido, no tienen la pigmentación rosa por la que son reconocidos mundialmente.
También conocida como phoenicopterus ruber, es alimentada con una secreción de la garganta del adulto llamada «leche de buche», que contiene proteínas y las grasas necesarias para su sano crecimiento y buen desarrollo.
Ya más grandes, los flamencos americanos se alimentan principalmente de pequeños crustáceos, algas y otros organismos acuáticos que se encuentran en los cuerpos de agua poco profundos.
Esta es la única especie de flamenco que habita en México, subsiste en la península de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, así como en algunas zonas de Chiapas y Tabasco.
La especie se encuentra en peligro de extinción debido a la pérdida y degradación de su hábitat natural, así como a la contaminación y la caza ilegal, por lo que cualquier nacimiento es motivo de celebración.