En 2022, el Gobierno Federal puso en marcha un programa de regularización para los llamados “autos chocolate”, vehículos ilegales que ingresan al país de diferentes formas, y a pesar de que Guanajuato no fue uno de los estados designados para dicha situación, en la entidad ha proliferado la venta y circulación de dichas unidades.
Luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciara el programa en octubre de 2021, el decreto se formalizó y entró en vigencia en marzo del año pasado y fue contemplado dentro de la Ley de Ingresos de la Federación, toda vez que la regularización de los vehículos representaba excedentes por 2 mil 600 millones de pesos.
El problema se acentúo cuando se anunció una extensión del programa hasta marzo de 2023, aunado a que en un principio solo se contemplaba la regularización de “autos chocolate” con mínimo ocho años de antigüedad, lo cual cambió para incluir modelos a partir de 2017.
Sin embargo, a pesar de los reclamos del sector automotriz nacional, se multiplicó la regularización de unidades, al grado que, actualmente se estima que en Guanajuato haya alrededor de 250 mil vehículos chocolate.
En Guanajuato, un estado en donde no se puede legalizar este tipo de autos, la estrategia por parte de los guanajuatenses propietarios ha sido acudir a otra entidad federativa a realizar el trámite, como a Jalisco, Zacatecas o Michoacán, por ser las más cercanas.
De acuerdo con datos de la Asociación de Distribuidores de Automotores, se estima que el número de “autos chocolate” existentes en el estado representan la octava parte del parque vehicular de todo Guanajuato.
Incluso se habla de que uno de cada tres contribuyentes guanajuatenses verifica este tipo de vehículos, lo que refleja una prolongada permisividad por parte de las autoridades; ya que, en las condiciones que sea, los autos circulan, y se les permite transitar incluso con placas, engomados y licencias apócrifas.
A los empresarios automotores no les gusta el programa de regularización de autos chocolates; sin embargo, no mejoran la calidad, ni los precios de sus productos, mientras que el auto irregular cuenta no solo con mejor precio si no supera en acondicionamiento. #Guanajuato pic.twitter.com/A3burjGvfD
— Ojo_tres (@ojo_tres) May 10, 2023
Piden “tolerancia cero”
La otra cara de la moneda de esta situación data desde el contrabando automotriz entre países como Estados Unidos y Canadá, donde el tema incluso es social y político.
Los llamados “autos chocolate” una vez en territorio mexicano, pasan a manos de familiares o se ponen a la venta en internet, en diarios locales, con carteles, y a un precio que regularmente oscila entre 30 y 50% menos del valor de un auto de segunda mano.
Por tal motivo, la Asociación de Distribuidores de Automotores del Estado de Guanajuato asegura que la venta de vehículos ilegales vendidos a nivel nacional es de un millón 100 mil vehículos desde que inició el programa de regularización de “autos chocolate”, por lo que durante el mismo periodo van regularizados un millón 300 mil vehículos chocolate.
Además, la entrada de dichas unidades a territorio nacional es un tema preocupante para la industria automotriz, considerando que trae diversas afectaciones a rubros como medio ambiente, parque vehicular y economía del sector.
En contraparte, la Unión Campesina Democrática en Guanajuato informó que este año se espera la legalización de alrededor de 15 mil vehículos de procedencia extranjera, desde modelos desde los años 80’s hasta el 2017.
Especificando que, una vez legalizado el vehículo, este puede circular en toda la República sin restricción alguna, y a la par se hacen los trámites para obtener placas, tenencia y estar inscrito al padrón del estado.
¿Qué son los “autos chocolate”?
Se les denomina así por una deformación de «chueco», torcido o irregular, y hace referencia a modelos antiguos llevados ilegalmente de Estados Unidos a México, sin el papeleo correspondiente ni haber pagado las tasas federales de importación.
Originalmente este tipo de autos se quedaban en la frontera y tenían como característica el portar placas de estados de la Unión Americana; además, se trata de vehículos que ya no cumplen las disposiciones medioambientales en el país vecino y que se considerarían chatarra.
Desde hace ya muchos años, la frontera de los Estados Unidos se ha convertido en el paso frecuente de vehículos ilegales, que entran al país de diversas formas, incluso con permisos de turista, algunos otros cuentan con autorización para circular por la frontera, pero ya entrando a nuestro país jamás regresan a su lugar de origen.