Una dulce melodía vagó por todo el jardín: entre los mirtos tañía un músico con su violín, era un acorde lamento, de juventud, de amor para la luna y el viento…
Adrian Barrera Ramos, uno de los más brillantes y expresivos violinistas de su generación; junto a su violín, transmite todas las emociones de la música de calidad, con gran pasión, sin tipología, sin prejuicios.

-¿Podrías presentarte?
-Hola, mi nombre es Adrian Barrera Ramos, soy violinista y concertino de la Orquesta Filarmónica de Querétaro, también soy maestro del Conservatorio de Música y Artes de Celaya, miembro de la Camerata Santiago de Querétaro y actualmente me encuentro en una nueva etapa con la Camerata Allende.
-¿A qué edad comienzas a tocar el violín?
Comencé desde muy chico, a la edad de 9 años.

Decidí dedicarme a la música a los 14 años, mi papá me preguntó que a donde quería dirigir mi vida; mi hermano, que es pianista, había comenzado a estudiar la preparatoria normal, al concluir, decidió estudiar música, tuvo que volver a hacer la preparatoria, pero esta vez musical.
Mi padre no quería que me sucediera lo mismo, justamente ahí tomé la decisión de la música, ya que me sentía muy seguro de mi trayectoria.

-Adrián, eres alguien alabado, un violinista genial, se dice que eres uno de los músicos más importantes del estado de Guanajuato ¿De dónde procede esta genialidad? ¿Es innata, se trabaja, cuenta con el impulso de tu familia?
Agradezco mucho las palabras, yo creo que el talento es necesario en cualquier carrera, pero nunca es suficiente, siempre hay que desarrollarlo, practicarlo, hay que estudiar todo el día, investigar, ver conciertos, es más de talacha que de talentos.
-Ciertamente, sabemos que tienes una facilidad para poder comunicarte a través del violín, pues si no consigues transmitir algo al que está escuchando no sirve para nada, platícanos ¿por qué el violín y no otro instrumento?
Escogí el violín por tradición familiar, mi abuelo lo tocaba, mi tío era mariachi. Yo y mi hermano desde pequeños, en las fiestas veíamos la música en vivo, en las bohemias, que cantaban.
Siempre me llamó más su sonido, a los 9 años me compraron mi primer violín, me enamoré del instrumento, fue una decisión muy linda, a veces tocaba junto con mi abuelo.
-¿Pensaste alguna vez en estudiar otro instrumento u otra cosa que no fuera música?
Sí, me encanta el cello, la viola da gamba y el piano, algún día aprenderé, pero el violín me absorbe demasiado, en cuanto a otra carrera, de joven me gustaba mucho el fútbol pero, a diferencia de la música, no tiene comparación.
Me gusta mucho dibujar y pintar, pero la música es muy absorbente, cuando tengo tiempo y no tengo cansancio cerebral, he ocupado mucho tiempo pintando, aun así mi carrera es mi todo.
-Para ti, ¿Qué diferencia el violín de otros instrumentos? ¿Por qué te gusta tanto?
Lo que me encanta del violín es que es muy melódico, tiene una voz propia, su timbre, es la melodía, la voz aguda, le toca esa parte de la cantada, además tiene un lado muy virtuoso, donde puedes hacer cosas muy difíciles.

Los instrumentos de cuerda frotada son muy bellos, incluso a la vista.
-¿A qué lugares te ha llevado la música?
Los lugares muy, muy lejanos, tanto en la imaginación como físicamente, cuando uno estudia música te lleva a tiempos muy remotos, al pasado, igualmente me ha hecho viajar a países como Estados Unidos, Perú, Guatemala, Alemania, Viena, España, Francia, Italia, a Corea del sur, gracias a la música he tenido la fortuna de poder viajar.
-La vida errante que lleva un artista, el mucho trabajo, tener que viajar y estudiar tanto, ¿dificulta tener una vida social activa?
Creo que soy muy social, platico con mucha gente, en las escuelas, en la calle, con políticos, con artistas, con todo mundo puedes platicar; pero referente a los amigos, todos mis amigos son especiales, la mayoría son músicos y artistas, cuando queremos echar relajo, pues lo echamos muy sabroso, siempre respetando nuestros tiempos de estudio.
La vida está expresada en el arte, si no vives no puedes expresar nada.

-¿Cómo es tu vida como concertino de la Filarmónica de Querétaro?
Ser concertino es un gran honor y una gran responsabilidad. Siempre tienes que tener las respuestas correctas, ya había sido concertino en Celaya, en la Nacional Infantil, pero nunca en un nivel profesional, hasta que llegue a Querétaro.
He aprendido muchísimo de esta experiencia, ya que los conciertos son semanales, se requieren muchísimo conocimiento, el respeto tiene que estar muy puesto, ha sido una aventura muy bonita, por eso siempre trabajó mucho para tener más herramientas de trabajo y que nos ayuden a la orquesta a sacar el mejor resultado.

-Finalmente ¿Qué recomendarías a los jóvenes que quieren empezar a tocar el violín?
Que tengan mucha paciencia, las primeras clases son las más tediosas, porque es básicamente aprender a caminar, entonces uno quiere ir lo más rápido posible, que tengan paciencia y ese amor por el instrumento, que escuchen a muchos violinistas, mucha música, que vayan a conciertos en vivo, para que vean que hace el violinista, que se inunden y se empapen de conocimientos violinisticos.
También puedes leer:
Juventino Rosas, el hijo pródigo de Guanajuato
Perfil del Autor
- deapalabras
Últimas notas
Estilo de vida23 de septiembre de 2023Entrevista a la luthier Jatziri Rentería; arte y construcción de instrumentos musicales
DESTACADA15 de septiembre de 2023Una amante y apasionada de la tinta, Nadia Jiménez
Cultura10 de septiembre de 2023PANORAMA, Muestra/Cineclub, arte cinematográfico para todos, todas y todes
Deportes8 de septiembre de 2023Club Celaya F.C.: «Lo que un día fue, no será»
3 comentarios