Hoy, en Estado Luz queremos presentar a una de las figuras en la danza contemporánea que promete ser una de las más representativas del estado de Guanajuato, hablamos de Ramón García, quien día a día sorprende con su dedicación y su pasión por la danza.
La danza contemporánea es una práctica corporal que, a diferencia de otros estilos de baile, se considera un tipo de expresión con estilo propio e interpretación muy personal, se trabaja el cuerpo en su totalidad, genera fuerza y elasticidad.
¿Podrías presentarte?
– Hola, me llamo Ramón Garcia, tengo 33 años de edad, soy del estado de Guanajuato y soy bailarín profesional de danza contemporánea.
¿Desde hace cuanto tiempo te dedicas a la danza?
– ¡Uy! Desde hace 10 años salí de la Academia de Danza Mexicana del INBAL, pero realmente tengo ya 17 años bailando; yo comencé a bailar cuando cursaba la preparatoria, pues ahí había talleres relacionados con el arte, uno de ellos era danza jazz, mi mejor amiga y yo decidimos tomar las clases con la maestra Rosy, después ella me invito a formar parte de su academia de baile.
¿Por qué bailas?
– Cuando era niño recuerdo que la primera vez que me iba a ver expuesto en un escenario era durante el festival de navidad en una pastorela, pero me dieron tan solo un papel secundario, querían que yo fuera «el burro del pesebre» yo llegue enojado a mi casa a contarle a mi madre que yo no quería ese papel porque nadie me iba a notar.
Ahí nace mi amor por el escenario, por el gusto a que me vean, me gusta exponer mis sentimientos y mis emociones. Soy adicto a esa sensación de estar expuesto frente a un público, sentir la máxima energía y los nervios de estar en un escenario.
Para ti ¿qué expresa la danza?
– Yo creo que es el lenguaje completo del alma, expresa lo que somos por dentro, es el movimiento más acertado a lo que vivimos como humanos.
¿Alguna vez te ha interesado otro tipo de danza?
– Me gusta ver todo tipo de danzas, me gusta que cada una te pone en un estado diferente, es toda una experiencia moverte de distintas maneras, amo moverme con diferentes ritmos pero, los estándares no me encantan, ni mucho menos basarme en ellos, ni siquiera en la danza contemporánea me gusta que el lenguaje de movimiento sea técnico, porque si es así, significa que es una copia de herramientas técnicas de otros momentos.
Ahora que tocamos el tema sin querer sobre el lenguaje de la danza, imagino que es como darte cuenta de que has estado hablando un lenguaje y descubrir que existen más idiomas, otra forma de comunicación virgen por explorar, más auténtica y personal.
Platícanos entonces ¿cómo viviste esta transición?
– Yo creo que es la suerte de tener a las personas indicadas en tu camino, maestros que significaron mucho en mi desarrollo, que me ayudaron y me permitieron mover mi cuerpo de distintas formas, pues siempre en la danza se busca que los movimientos sean técnicos y justamente esas personas me ayudaron a romper con los estereotipos a la hora de bailar.
Regresando a mi adolescencia cuando practicaba Ballet, asistí a una presentación de baile contemporáneo, era un concepto muy básico, por lo que pude leer los significados ocultos en la obra, lo que me encanto.
Ahí descubrí que en la danza se podía hacer de todo, no solo hablar de príncipes y princesas, fue una joya descubrir que mi cuerpo se podía expresar de muchísimas maneras.
¿Alguna vez pensaste en dedicarte a otra cosa?
– Sí, mi papá es médico y yo sabía que tenía esa facilidad con las manos, así que toda mi familia pensaba que sería mi profesión, también pensé en estudiar biología, pero al final me ganaron las ansias de bailar.
“En realidad el que me impulsó a estudiar danza fue mi papá, tengo mucha fortuna de tener a la familia de mi lado”
¿Cuáles son los puntos positivos y negativos de tu trabajo?
– Lo positivo es que en este momento puedo viajar mucho, conocer muchos lugares y gente, eso es lo que más me satisface de mi trabajo. Gracias a la danza he bailado en el teatro Kampnagel en Alemania (2022) y en Ámsterdam en el “Holland Festival” (2023); conozco casi todos los teatros principales de la República Mexicana, he bailado en Bellas Artes infinidad de veces y ganado becas que me han permitido seguir con mi camino en la danza.
Y los negativos, es que la gente piensa que no estás trabajando por hacer algo que te gusta, bailar es un trabajo duro, también algunas condiciones laborales son precarias, hay una cultura de sobreexigencia, se piensa que para hacer dinero tienes que trabajar mucho.
También en la danza se puede encontrar un ambiente tóxico en cuanto al trato al bailarín, pues te puedes topar con mucha violencia psicologíca, emocional y abuso de autoridad.
¿Cómo es para Ramón García, la experiencia de bailarín profesional?
– Una vez dentro del Festival del Desierto en San Luis Potosí, estaba a punto de salir a función y comenzó a llover fuertemente, pero el público no se movió de sus asientos, se pudo notar su entrega al evento, al final todos llegaban, me felicitaban, y hablaban de mi trabajo, esa ha sido un momento sumamente gratificante.
¿Qué consejos darías a los jóvenes que sueñan con tener una carrera en la danza?
Lo que yo les recomendaría es que no le crean a nadie al 100%, nadie tiene la verdad absoluta y tú eres el único que tiene la capacidad de llegar hasta donde quieras. Es importante el no conformarse, el movimiento es lo que te va abriendo las posibilidades a estar en otros lugares.
Comparte experiencias, vive tu vida, el arte también es el arte de vivir, va más allá de solo bailar.
¿Algo que quieras agregar?
– Próximamente, estaremos bailando con Asaltodiario en los Pinos en Cdmx, también estaré en una residencia con 3 semanas de funciones con la maestra Vivían Cruz y su danza multimedia. No se lo pierdan.
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4 comentarios
Gracias a @DEA PALABRA por esta increíble entrevista. Y a la revista por visibilizar nuestro trabajo.